jueves, 21 de junio de 2012

Noctambulismo


—¿Sabe que me incomoda?
—¿Qué?
—No saber quien carajos es el asesino.
—Creo que llevamos mucho tiempo en esto, ya hay que renunciar Muñoz.
—Con todo respeto señor, váyase usted al carajo.
—Entonces ¿proponés algo?

Esa misma noche Muñoz encendió un pitillo de marihuana, adentro en su habitación colgó las piernas sobre el escritorio oxidado, sacó unos cuantos papeles y trazo un dibujo con la cara del presunto  asesino. Ya un poco más relajado y en trance, salió a tomar aire, le dolía la sien y no se acordaba en donde se había pegado, cómo y porqué. Era de noche y el cielo de Montevideo era un acordeón negro arrugándose contra el viento. «puto de mierda, voy a encontrarte» -dijo para si mismo, regresó a su habitación y se sumió en el sueño profundo provocado por el THC. Durmió como un infante.

—¡Adivine inspector Nalvandian! el neurólogo dice que los golpes en mi cabeza son producto de un sonambulismo.
—Pero vos andás siempre trasnochado Gonzales, dejá de ser tan pajero.
—Bah… Mire hice un dibujo del asesino y tiene cara de zombie.
—Que forro, Muñoz, parecés graduado de bellas artes.

Muñoz empecinado en saber quien era el asesino había hecho un esbozo a carboncillo las líneas dibujaban a un tipo con cejas bastante pronunciadas, claro que el dibujo de Muñoz era bastante arbitrario, nadie había visto al asesino, eran meras suposiciones.

—Usted debe guardar reposo y tratar de dormir temprano, no se trasnoche por favor.
—Pero eso es imposible.
—Vea, se lo pongo sencillo si sigue así va a terminar haciendo alguna estupidez mientras duerme.

Al día siguiente el tipo de la habitación continua de Muñoz amaneció muerto, 23 puñaladas con un pica hielos.

—Otra víctima, Muñoz, y esta vez en tus narices.
—Lo sé, señor.
—Sabés, mejor tomate tu tiempo y adelantá tus vacaciones, volvé en tres meses.

Muñoz se sintió  muy miserable, al llegar a su cuarto, solo le quedó una cosa: beber whisky hasta que el cerebro se le inflame y pida clemencia, cogió el picahielos y empezó a trazar cortes para hacer del whisky un refrescante vaso de centeno, siguió picando, 23 picadas para se exacto, bebió el vaso de whisky y se odió a si mismo.

+ TIJUANA +


Caminen rápido, cabrones. No digan que no les advertí, agachen el pescuezo malditos escuincles que las balas aquí llueven gratis. Agarren su pistola y conviértanse en machos.

Llegué a Tijuana persiguiendo el nombre de una ciudad, sí, digo un nombre porque pude  haberme ido a comer enchiladas y tortillitas  al DF o Michoacán, pero estoy aquí recibiendo bala limpia en Tijuana, agarré un pasaje y me vine porque Tijuana sonaba mexicanamente bonito, T-I-J-U-A-N-A







Con Mariana desfilábamos por la calle, era invierno y nuestros huesos se carcomían por el frio y la música norteña. Cuervos en la montaña masticando muertos. Esto es vida -le dije- . Mariana sonreía sutilmente como si le pusieran un cuchillo en la garganta y le obligaran a mover los labios, Mariana creo que no me amaba tanto, Mariana se largó al día siguiente, seguramente a las playas de Punta Cana a ver traseros caribeños  bronceados, debe estar pasándola de lo lindo.

Señores contra la pared, documentos en mano esto es una redada

Lo de ayer fue inesperado balacera tras balacera, hoy me levanté y fui por guacamole. Sin querer abrí la puerta de la habitación continua y vi a una pareja teniendo sexo –untando  guacamole a sus cuerpos-.
Hoy me levanté a tomar mi café y al fondo de mi taza había una bala, afuera una redada y  cinco muertos, la gente corría por todos lados, a un tipo le sangraba el hombro y la sangre brotaba a borbotones como una olla hirviendo que se le rebosa el líquido. Esta ciudad es rara pero se hace querer, esta ciudad tiene nombre de mujer, de mujer con municiones en el pecho. Como me gustaría estar en este momento con Mariana… para que se trague lo del fondo de mi taza.